Puerto de L’Estartit, Girona, verano del 2004, como todos los últimos veranos, el intenso calor y la humedad casi asfixiante, especialmente para los que llegamos desde la meseta castellana, desaconsejan permanecer demasiado tiempo expuesto directamente, la mera idea de huir de su despiadado reinado, me animaban a buscar un sitio, a la sombra, en el barco “Dos Martas”, el objetivo final, perderme bajo la superficie del mar en los próximos minutos. El ajetreo en los pantalanes es el habitual para esta “Meca” del buceo en nuestro país. Las botellas de aire comprimido respirable, se agrupan por embarcaciones y los entusiasmados buceadores, van desfilando con la que, en breves minutos, será su soporte vital básico bajo el agua.
Las Islas Medas, omnipresentes y cercanas, recortan majestuosas el horizonte, como si de un telón de fondo se tratase, imponen su presencia en el abigarrado paisaje náutico. Como buzo novato, me estoy estrenando en esto del submarinismo, con un entusiasmo que reconozco, estoy como un niño con zapatos nuevos, exultante. Mi compañero de inmersión es un veterano del buceo al que todo el mundo saluda, su mera presencia me transmite una confianza absoluta. Se mueve como pez en el agua, y transmite la sensación de que ha nacido para aquello, el mundo del buceo, es su medio natural. En un momento dado, se incorpora de un brinco y salta del barco. Por el pantalán se aproxima un señor de pelo blanco y gafas oscuras, se abrazan efusivamente y, durante largo rato, conversan animadamente, no solo se conocen, probablemente hay algo más. En un momento, se saludan de nuevo y se despiden. El señor de pelo blanco prosigue su camino, mientras mi compañero me interroga, ¿sabes quién es?, ante mi negativa con la cabeza ¿debería?, el responde, Eduard Admetlla.
En el año 2024, la comunidad submarina celebra el centenario del nacimiento de Eduard Admetlla, un visionario catalán que dejó una marca indeleble en el mundo del buceo, la exploración submarina y la fotografía subacuática. Nacido el 10 de enero de 1924 en Barcelona, coetáneo de Marlon Brando, Doris Day o Jimmy Carter, Admetlla dedicó su vida a descubrir los secretos ocultos bajo las olas y a compartir la fascinante belleza del mundo submarino con el público.
Eduard Admetlla se ganó el reconocimiento mundial como pionero en la fotografía submarina. A lo largo de su carrera, desafiando los límites y las profundidades, capturó la riqueza de la vida marina con una destreza única. Sus imágenes no solo eran testimonio de su habilidad técnica, sino también una ventana al misterioso y vibrante ecosistema que habita bajo la superficie del océano.
Admetlla no solo fue un divulgador subacuático consumado, sino también un apasionado defensor de la conservación marina. Su profundo amor por los océanos se manifestó en su trabajo como explorador y en su compromiso con la preservación de los ecosistemas marinos. Participó activamente en proyectos de arqueología submarina, contribuyendo al descubrimiento y estudio de naufragios históricos en la costa catalana.
A lo largo de su vida, Admetlla recibió numerosos premios y reconocimientos por su destacada contribución al mundo del buceo y la exploración submarina. Buzo de Honor de la Asociación Española de Historia del Buceo. Su legado ha inspirado a generaciones de buceadores y amantes del océano, destacando la importancia de la conservación y la comprensión de los mares.
En el centenario de su nacimiento, la comunidad submarina rinde homenaje a Eduard Admetlla, recordando su valioso legado y compromiso con la exploración, la conservación y la divulgación de la belleza oculta de nuestros océanos. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración para todos aquellos que sueñan con sumergirse en las profundidades del aún desconocido mundo del silencio.
Rol Freeman